El Parque de los Príncipes es un parque ubicado en Sevilla (España), en el extremo occidental del barrio de Los Remedios. Fue inaugurado en el año 1973 y debe su nombre a los entonces príncipes de España Don Juan Carlos y Doña Sofía. Las primeras obras del parque empezaron por el año 1970 cuando se acondicionó el terreno donde está ubicado y en 1972 comenzó su construcción sobre un área de más de 100.000 m2 en un trazado paisajista en el que predominan las praderas, los caminos sinuosos, los árboles, una ría central y grandes extensiones de jardines pensados para el recreo y el esparcimiento de sus visitantes, especialmente aquellos de los barrios vecinos de Triana y Los Remedios. En su diseño y construcción intervinieron el arquitecto D. Luis Recasens, el aparejador D. José Lupiáñez y el jardinista D. José Elías, dando como resultado un diseño libre dominado por la vegetación en toda su extensión.
Fue la primera gran zona ajardinada que se construía para los nuevos núcleos urbanos como el barrio de Los Remedios, al que junto con la zona sur del barrio Triana, carecían de zonas verdes y jardines públicos que hasta ese momento solo ostentaba en la zona el Parque de María Luisa.
Situado en pleno centro urbano, el Parque de los Príncipes es tan solo una muestra de la riqueza natural de Sevilla, sus árboles flanquean los senderos en una amplia variedad de especies tales como naranjos, jacarandas, ciruelos de Japón o tipuanas, ejemplares de gran tamaño que alcanzan en las primaveras su máximo esplendor, y en otras zonas se abren espacios abiertos adecuados para cualquier actividad de ocio y recreación.
El Parque de los Príncipes cuenta en el centro de amplio paisaje con una ría y una isleta central, poblada de patos silvestres, atravesada por un puente, sector que constituye uno de los más concurridos por familias y niños, al igual que la llamada «Glorieta de Viena», sector con juegos infantiles instalados con ocasión de la Exposición Universal de Sevilla 1992.
Zonas del parque
En este conjunto de flora y fauna que alberga el majestuoso Parque de los Príncipes se pueden distinguir algunas zonas de acuerdo a sus características, así te encontrarás con la antigua rosaleda, formada por círculos de distinto tamaño que van formando sendas peatonales asfaltadas y a su alrededor las zonas con vegetación dentro de los mismos círculos, antes mayormente constituida por rosales de cientos de variedades procedentes de todo el mundo, pero el paso del tiempo hizo estragos en ellos y en la actualidad ya no existen aunque se tiene proyectado volver a plantarlos para recuperar su antiguo esplendor.
Otra zona del Parque de los Príncipes es la destinada a exhibiciones y eventos al aire libre, con una gran pista y una tribuna para el público. Allí se realizan regularmente exhibiciones ecuestres organizadas por el propio Ayuntamiento que fue quien ordenó la construcción de este sitio dentro del parque.
La ría o estanque es una zona característica del parque y por cierto una de las más concurridas, atravesada por encima con un puente ostenta en su interior una pequeña porción de tierra a modo de isla a la cual no se tiene acceso. El estanque está poblado de pintorescos patos, únicos habitantes que quedaron en la actualidad y que antes compartían su territorio con pavos reales y cisnes.
La zona de juegos infantiles es la preferida, claro está, por los niños y sus padres. Un arenero hace las delicias de los más pequeños y es de fácil acceso ya que se encuentra casi al borde de la entrada principal.
Vegetación del parque
La vegetación del parque es muy variada y va desde árboles de cítricos junto a la antigua rosaleda, naranjos amargos, limoneros, naranjo espinoso o el kumquat del desierto, hasta otras variedades de árboles y arbustos, distribuidos por toda la extensión del parque, bordeando sus senderos y en su interior: tipuanas, jacarandas, arces, cedros del himalaya, falsos pimenteros, palmeras y arbustos como eldasilirio, planta de origen mexicano.